viernes, 22 de octubre de 2010
RUINAS Y CEMENTERIO DE SANTA MARIÑA DO DOZO
Había escuchado varios testimonios de personas que por diversas razones, a su paso por la hermosa localidad de Cambados habían estado de visita en un lugar absolutamente increíble.
Estoy hablando del cementerio de Santa Mariña Do Dozo.(Cambados-Pontevedra)
En este increíble camposanto, no solo podemos admirar un conjunto de tumbas y arte religioso totalmente espectacular, sino que además el propio cementerio se encuentra ubicado entre las ruinas de un templo del siglo XV que os aseguro sobrecoge por su belleza .
Se les denomina las Ruinas de Santa Mariña, y como os comento están ubicadas en el centro del recinto que acoge el cementerio de la Villa.
El cementerio tiene su mayor extensión fuera de los límites de estas ruinas con gran cantidad de tumbas, mausoleos y nichos ya más modernos en la parte posterior del recinto.
Pero el gran encanto de este lugar reside en el cementerio que sin ningún orden ni criterio se ha ido creando en el interior de las ruinas.
Está ubicado en la parte alta de la localidad de Cambados, muy próximo al monte da Pastora.
La iglesia en ruinas fue construida en el siglo XV por encargo de la señora de la villa, María Ulloa, sobre una ermita románica del siglo XII.
Dicha iglesia fue abandonada en el siglo XIX y hoy en día sólo quedan las ruinas de lo que fue la iglesia parroquial con una única nave con grandes arcadas transversales y cinco capillas laterales.
El estilo arquitectónico es gótico marinero, destacando los relieves con forma de bolas sobre los arcos, la sacristía y el altar mayor, donde se encuentra la imagen de un Cristo crucificado.
La entrada al ábside se hace a través de un gran arco triunfal cubierto con bóveda de crucería.
Es realmente espectacular la vista desde cualquier punto del recinto con esos arcos desnudos que dependiendo de tu ubicación cambian de tono dando varias visones de los mismos a cual mas bonita.
En el cuarto tramo aparecen las imágenes en las que se representan un Juicio Final y la Anunciación de María, en la que aparece la figura de Cristo con la cruz.
En los arcos de las capillas laterales sobresale la perfección escultórica de las figuras de los doce Apóstoles en la del sur, y el misterio de la Encarnación en la del norte.
La definición más hermosa de estas ruinas la dio el gran poeta gallego Alvaro Cunqueiro al decir que los arcos de Santa María estaban allí para sostener al viento.
Tanto a un lado como a otro del templo sobrecogen esas pequeñas capillas cargadas de elementos de piedra que ya por el paso del tiempo van erosionandose, pero sin perder ese encanto tan característico.
Al fondo de la enorme nave, se alza el altar mayor, en el que un enorme cristo negro preside toda aquella conjunción de belleza y paz.
Una pequeña sala a la derecha del altar esconde un ventanal tapiado en el que aún perduran algunos frescos ya muy deteriorados por el tiempo y que datan ya del siglo XII.
A todo este conjunto de arte y elementos a cual mas alucinante, debemos añadirle el hecho de que estamos en el interior de un cementerio, por lo que como siempre percibo en estos lugares, la paz y la serenidad se adueñan de mi en todo el tiempo que estuve paseando y escudriñando cada esquina.
Tras pasear detenidamente por todo el recinto, me dispuse a dar otro paseo por el exterior de las ruinas que como ya había comentado sigue siendo un enorme cementerio cargado de imágenes religiosas y tumbas preciosas elaboradas en su mayoría con la típica piedra granítica de Galicia.
Me doy cuenta al pasear por el camposanto de la presencia de un apellido muy conocido que se repite en varias tumbas. Un amable jardinero que me encuentro me corrobora que todas ellas corresponden a la conocida familia de la zona “Los Charlines”
Y es que en este camposanto reposan los restos mortales de varios componentes de esta familia, la cual ha pasado a la historia por los numerosos conflictos y detenciones que han sufrido a causa del narcotráfico, hecho este muy arraigado hace algunas décadas en esta parte de las rías bajas gallegas.
Desde esta parte exterior las ruinas parecen menos ruinas y es que tanto los muros laterales como frontales y posteriores siguen estando en muy buen estado.
El paseo por el lugar con esa edificación presidiendo el lugar es realmente impresionante.
En el año 1943, estas ruinas de Santa Mariña fueron declaradas Monumento Nacional, y desde entonces es un referente indispensable para todo aquel que se acerque a Cambados.
Ha sido catalogado por algunos escritores y poetas como el camposanto mas romántico que han conocido y la verdad es que razón no les falta, ya que a la paz y serenidad que se respira allí dentro hay que añadirle ese lado romántico y melancólico que esas impresionantes arcadas y figuras en piedra dan a tan atípico e interesante lugar.
En este video os muestro con detalle todo lo anteriormente citado.
Espero os guste.
(Recordad que para la perfecta escucha de audio y video en este blog, deberéis desactivar la música de fondo en el reproductor que encontraréis en la parte mas baja del mismo)
Para terminar este reportaje os dejo un pequeño documento en el que os muestro una inclusión parafónica que se registró en mi grabadora.
Como sabéis, suelo experimentar con mis grabadoras en todos los sitios que visito.
En este lugar tras varias sesiones de grabación de audio y video tan solo se produjo esta inclusión.
Hay un par de sonidos más pero no son los suficientemente claros para su publicación.
Es sorprendente que no haya habido apenas registros parafónicos y que el único que se consigue sea tan claro y nítido.
En el recinto de las ruinas no había absolutamente nadie. Fuera de él, tan solo un jardinero haciendo labores de limpieza en una zona alejada.
In situ no escuché sonido alguno por lo que no le doy explicación a este registro tan claro.
Está grabada en la entrada de la pequeña sala que está situada al pie del altar mayor.
Podéis escucharlo y sacar vuestras propias conclusiones.
Un cordial saludo de vuestro amigo Eugenio, alias Karkallón.
Edición, video y fotografía por Karkallón.
Análisis de audio por Jordi Bosch.
domingo, 3 de octubre de 2010
RUINAS DEL CASTILLO DE MESÍA
En lo mas profundo del bosque coruñés, mas concretamente en el Lugar de la Pobra, en la parroquia de San Cristovo de Mesía(Municipio coruñés de Mesía), se encuentran las ruinas de un antiguo e imponente castillo llamado Castelo de Mesía.
Hoy en día apenas quedan en pie algunas paredes y torres que con el paso del tiempo han sido completamente engullidas por la maleza salvaje que en aquel lugar crece a sus anchas.
Está situado a medio camino entre las ciudades de La Coruña y Santiago de Compostela, dentro de la ruta del Camino Inglés del Camino de Santiago, en la ribera izquierda del, río Samo, afluente del Tambre.
Me costó trabajo dar con él, lo reconozco, ya que para llegar hasta allí hay que pasar varias pequeñas aldeas y cruzar un buen número de pistas rurales que me confundieron enormemente.
Finalmente y como de costumbre tras pedir ayuda a los lugareños, pude llegar hasta el Castillo, no sin ciertas dudas hasta estar al pie del mismo.
Os aseguro que aún estando delante de las ruinas, no las veía!!
Dejé el coche en un punto por el que es imposible avanzar mas que a pie.
Tras recorrer tan solo una decena de metros, giré hacia la derecha entre unos zarzales y seguía sin ver nada.
Resulta que estaba ya pisando los muros exteriores del castillo, los cuales están completamente tapados por la abundante vegetación.
Eché la vista a lo alto y efectivamente, la vieja fortaleza estaba delante de mis narices y yo no me había dado ni cuenta.
Tras rodear aquella, en principio, montaña, me doy cuenta que por el lado contrario al que estaba si que se aprecian varios elementos propios de este tipo de edificaciones. Una enorme pared se deja ver por la parte interior de la zona y un par de torres cubiertas por la maleza insinúan sus formas al avanzar.
El castillo estaba rodeado por un enorme foso el cual hoy en día es una auténtica selva llena de helechos, arbustos, zarzas y todo tipo de maleza. Intenté rodearlo por este foso del que os hablo pero tras avanzar unos 15-20 metros tuve que dejarlo por imposible ya que la vegetación me estaba engullendo literalmente.
En los videos que mas abajo os dejo lo podréis comprobar.
Tras desistir en mi empeño de seguir por el foso, me encaramé en la parte exterior del castillo y ya desde ese punto pude rodearlo por completo.
Era tanta la vegetación que allí había, que no veía ni un solo hueco por donde trepar hacia el interior del castillo. Tras intentarlo durante un buen rato, casi me doy por vencido ya que no veía la manera de penetrar en aquella enorme montaña de piedra y maleza.
Ya casi iba de retirada, cuando me doy cuenta que tras bajar por un pequeño sendero en la parte sur del Castillo, me parece ver un pequeño hueco entre unas piedras amontonadas unas con otras a la vera del camino. Me acerco y tras saltarlas, veo que un estrechísimo sendero completamente tomado por la naturaleza, se abre tímido paso hacia las alturas. Me dispongo a seguirlo sin tener muy claro a donde iría a parar, hasta que me doy cuenta que tras subir por él unos 20 metros, estoy realmente cerca de una de las torres del castillo.
Ya veo a lo lejos que el estrecho sendero desemboca en una pequeña abertura que me conduce de lleno al interior de la fortificación.
Paso allí dentro y me quedo sorprendido por la enorme selva que brota en toda la parte interior del castillo. Enormes arbustos y ramas de todo tipo, ascienden desde las partes mas bajas del patio hasta casi la altura de las torres superiores.
A mi derecha, la parte mejor conservada del castillo deja ver un enorme muro con un par de ventanucos desde los que se divisa el valle.
Sigo por esta parte mejor conservada y consigo encaramarme en la parte más alta de lo que queda en pie.
Desde allí arriba tengo una vista espectacular tanto del propio castillo como de todos los alrededores. En el segundo video que os publico abajo veréis de inicio que me encuentro en pleno muro con toda la caída hacia el valle a mis pies.
Como también veréis en el video, de allí vuelvo a bajar pegado a esa pared que apenas se mantiene en pie y vuelvo por su borde hasta la zona que da acceso a la salida hacia el valle de nuevo.
Antes de irme, y como suelo hacer en todos estos lugares, hago algunas pruebas de grabación de audio con el fin de conseguir algún registro parafónico, y aunque no hubo demasiadas inclusiones si que se produjeron estas 4 parafonías que os he extraído en este pequeño video que aquí os dejo. Se trata de sonidos totalmente originales, sin filtración ni tratamiento alguno, solamente recortados del archivo de audio original.
Aunque no son muy altas, al menos dos de ellas son realmente claras y sorprendentes dado que allí no había absolutamente nadie y que el las ruinas están metidas en lo mas frondoso de un bosque absolutamente denso y apartado.
(Recordad que para la perfecta escucha de audios y videos en este blog, deberéis desactivar la música de fondo en el reproductor que encontraréis en la parte mas baja del mismo)
Os voy a dar ahora algunos datos históricos acerca de este precioso lugar y también os hablaré de la leyenda que lleva asociada y que es conocida por vecinos de la zona y amantes de este tipo de historias.
Probablemente los orígenes de esta fortificación se remontan al siglo XIII. Sin embargo, las primeras noticias documentales que se conservan datan del siglo XV, mas concretamente del año 1.401.
En dichos documentos se afirma que fue construida por Gonçalvo Días de Mesía, noble perteneciente a los partidarios trastamaristas en la guerra civil que enfrentó a Pedro I, apellidado el cruel y al vencedor , Henrique de Trastamara, quien después de su victoria benefició con múltiples propiedades y favores para sus aliados, entre ellos, podría figurar dicho castillo y tierras de Mesía en favor de Gonçalvo Días.
De Gonçalvo pasó a su hijo García Díaz, y de este a su hija Constança. Cuando esta falleció, su marido, Álvaro de Castro, intentó tomar posesión de la Casa y jurisdicción, hecho que impidió el primo de García Díaz, Aires Pardo de las Marinas, sitiando el castillo y tomándolo por la fuerza.
Ya el siglo XV, en 1430 se produce el matrimonio entre la hija de Aires Pardo, Dueña Berenguela y Alonso de Mendoza, sobrino del arzobispo compostelano, y esta recibe como dote ,el señorío de Mesía. Tiempo después heredó el señorío el hijo de estos, Lope Pérez de Mendoza, al que Rodrigo de Luna intentó disputar la propiedad en un escrito del 29 de Marzo de 1457.
Muerto Lope en 1462 hereda sus posesiones su tío Gómez Pérez de Marinas, que no pudo evitar que en 1467 sea tomado y posteriormente derrumbado casi completamente por los irmandiños levantados en armas durante la revuelta irmandiña.
Una vez sofocada la revuelta, el arzobispo de Santiago Alonso II de Fonseca, toma posesión de la jurisdicción y ordena la reconstrucción del castillo. Permanecerá en mano del señorío de Santiago hasta la Batalla de Altamira, con cuya derrota los señores feudales recuperaron las posesiones que les fueron usurpadas por Fonseca.
Después de tres meses de resistencia volvió a la manos de Gómez Pérez.
De Gómez Pérez de las Mariñas pasó a su hija Dueña Ginebra, y de esta su hija Catalina, a la que de nuevo se la usurpa Alonso II de Fonseca, haciéndose parte del patrimonio del arzobispado desde 1523.
Dueña Ginebra contrajo matrimonio con el noble castellano Luis Azevedo, lo que implicó su marcha a Salamanca. Aprovecharon entonces su ausencia los nobles del contorno, que ocuparon el castillo, por el cual se quejaron a la reina Isabel la Católica, que atendió sus demandas en Valladolid en 1476, ordenando a la justicia gallega que impidieran la edificación de otras fortificaciones en la jurisdicción de Mesía.
La torre se mantuvo en pie hasta mediados del siglo XIX, en que fue derrumbada por los vecinos para reaprovechar sus piedras en construcciones en la zona.
Las ruinas fueron declaradas Bien de Interés Cultural en 1.994
Os cuento ahora la leyenda que este lugar guarda.
Cuenta la leyenda que la dueña del castillo mantenía una relación amorosa con un trovador de la zona que a su vez tenía un lío de faldas con una doncella de su séquito.
Despechada ésta, mandó llamar a uno de los mejores guerreros de la zona que carecía de todo tipo de escrúpulos. La señora le encargó que le trajera la cabeza de aquella doncella que cortejaba con su amado y así liberarse de tal situación de celos y desengaños.
El encargo fue llevado a cabo sin rechistar por aquel hombre quien unas horas mas tarde apareció delante de su señora con un saco ensangrentado. Tras abrir dicho saco y volcarlo a los pies de la señora, ésta, enmudeció y palideció al mismo tiempo al comprobar aterrorizada que la cabeza que yacía a sus pies era la de su propia hija. Trastornada e ida completamente se retiró y nunca se supo que fue de su paradero.
A esta antigua y conocida leyenda se le da el nombre de “La leyenda de la Infanzona”
Ya para terminar este pequeño reportaje, os dejo como os había comentado anteriormente dos videos realizados en el lugar, en los que podréis dar conmigo una vuelta por el exterior e interior de lo que queda en pie de aquella bonita y enigmática fortificación.
VIDEO 1. Interior del Castillo.
VIDEO 2.Paseo por el foso exterior del Castillo.
Aunque esté en un estado tan lamentable, os recomiendo la visita al lugar ya que los pocos elementos que quedan en pie y su fantástico y salvaje entorno así lo merecen.
Sin más me despido agradeciendo vuestra atención.
Un cordial saludo de vuestro amigo Eugenio, alias Karkallón.
Fotos,videos y edición. Eugenio Karkallón
Análisis de audio. Jordi Bosch
Fuente consultada para datos históricos. Wikilingue