jueves, 29 de abril de 2010

MONASTERIOS DE GALICIA. CAAVEIRO


Os presento en esta segunda entrega dedicada a los monasterios de Galicia , el precioso monasterio de Caaveiro.
Si el monasterio de Carboeiro, primero que os he presentado, estaba enclavado en un lugar paradisíaco, el de Caaveiro, aún supera en este sentido al anterior.
La edificación está situada en plenas Fragas del Eume, y rodeado de bosques frondosos, cascadas preciosas y con el río Eume corriendo por todo su entorno.

Para llegar hasta allí hay que dirigirse hacia la población de Pontedeume, muy cerquita de Ferrol. Una vez allí cogeremos una estrecha y serpenteante carretera que a la vera de Río Eume nos llevará hasta un punto del que no podremos pasar.
Se trata de un bonito puente que cruza el citado Río, y por el que comenzaremos un precioso paseo de unos 600 metros cuesta arriba que va a desembocar en este precioso y mágico monasterio.

El Monasterio de San Juan de Caaveiro, según la tradición, fue fundado por San Rosendo para aglutinar a un grupo de anacoretas que vivían en este lugar tan apartado, allá por la primer mitad del siglo X.
Lo que sí se sabe con certeza es que primero fue un monasterio benedictino altomedieval y que luego pasó a ser colegiata (perteneciendo a los Canónigos Regulares de San Agustín). Tuvo este cenobio gran influencia en toda la comarca de Pontedeume como se comprueba en que en el año 1107, Alfonso VII donó al abad Pedro y a los monjes de Caaveiro todas las posesiones en que estaba asentado el Monasterio.

También logra quedar exento de la autoridad del arzobispado de Santiago de Compostela
No se conoce con exactitud en qué fecha se convirtió el antiguo Monasterio benedictino en real colegiata agustiniana. Por varios documentos del siglo XIII sabemos que en Caaveiro, en esa centuria, ya estaban los Canónigos Regulares de San Agustín, pues no se menciona al Abad y a los monjes sometidos a la observancia de la Regla Benedictina, como en los privilegios de Alfonso VII y Fernando II.

Es por ello que se deduce que este cambio se produciría en algún momento de la segunda mitad del siglo XII aunque también se desconoce si fue porque los benedictinos decidieron adoptar la Regla de San Agustín o porque disuelto el primitivo Monasterio, se reconstruyó con canónigos regulares venidos desde otro lugar.
Tras los interminables avatares que esta comunidad tuvo durante siglos llegó el abandono en el siglo XVIII y su ruina en el XIX.
A finales del siglo XIX (1896) Pío García Espinosa, propietario de amplios terrenos de la zona, solicita y consigue autorización del Arzobispado de Santiago de Compostela para la restauración del conjunto, que encarga a López Ferreiro, reedificándose una de las dos iglesias antiguas y dos de las casas de los canónigos.

La iglesia actual, en todo caso, es románica, de finales del siglo XII. Consiste en una pequeña nave rectangular con un ábside proporcionalmente muy grande, compuesta de un tramo recto y otro semicircular. El ábside está precedido de un arco triunfal de medio punto ligeramente peraltado sobre semicolumnas. Está cubierto con una bóveda de cañón seguida de otra de cascarón (de cuarto de esfera), con saeteras que al exterior se convierten en arcos doblados de medio punto sobre dos pares de columnas acodilladas.

En el exterior resulta impresionante su situación sobre un promontorio, con un gran terreno de entrada de forma alargada.
La imagen que ofrece el monasterio está formada por una escalinata que da acceso a un arco de entrada sobre el que se levanta la gran torre barroca de las campanas, del siglo XVIII, con el ábside románico de la iglesia a la derecha. El tamaño del ábside queda potenciado por la base sobre la que se levanta para salvar el desnivel, decorada con arcadas dobles. Su carácter original románico se mantiene intacto, con los elementos clásicos como columnas inclinadas, ventanas con arquivoltas y cornisa sobre zapatas.

La portada de la iglesia está formada por doble arquivolta de medio punto sobre dos pares de columnas acodilladas, enmarcando un tímpano con la figura del Agnus Dei.
Completan el conjunto los restos de varios edificios dentro del recinto, como la sacristía y las dependencias conocidas como Casa de Quintás.

Es uno de los entornos mas bellos y mágicos de toda Galicia, donde se respira una paz y tranquilidad que en pocos lugares he podido disfrutar.
El conjunto mágico que componen tanto el propio monasterio como su increíble entorno, hace de la visita al mismo una autentica aventura caragada de paz, buenas vibraciones y absoluto deleite en todos los sentidos.
Os ruego encarecidamente que si os pasáis por Pontedeume, no dejéis de visitarlo. No os arrepentiréis.

Como de costumbre os dejo un par de videos complementado todo lo dicho y publicado.
Un saludo de vuestro amigo Eugenio, alias Karkallón.


3 comentarios:

  1. Exlentes tomas,videos y detallada explicación.
    Lo conozco y lo aré más profundamente pasando un día entero en su fraga.

    Saludos.

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  2. Gracias Cascarilleiro, no dudes en pasarte, es un paraíso toda aquella zona.
    Un abrazo

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  3. Foi en terras de Monfero que teño escoitado ao respecto de que o promontorio rochoso sobre o que asenta o mosteiro "disque é de seixo". Nunca cheguei ler datos ao respecto, oficiais nin extraoficias. De ser así de representaría un feito dos que eu categorizo coma "curioso" dado o potencial enerxético este mineral sumado á actividade oratoria e meditativa, ascética, propia da vida monacal. Saúdo grande, Eugenio.

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